sábado, 28 de abril de 2018

Violencia laboral

* para "salvar" el nombre de las empresas voy a utilizar sólo iniciales. Pero cualquiera que busque mi CV por Google va a poder leer de qué estoy hablando.

Ya renuncié unas 3 veces en los últimos 4 años a 2 trabajos. Y quizás haya renunciado más veces sin darme cuenta. En el año 2014 empecé a trabajar en la Universidad S como tercerizada de la empresa Z, una "especialista" en Marketing Digital. Inocente con mis 22 años recién cumplidos, pensé que me había sacado la lotería.

Con el correr del tiempo empecé a trabajar directamente en las oficinas de Z. Me dedicaba a diseñar y animar banners. Muy pocas veces realizaba otro tipo de tareas. A veces diseñaba presentaciones, otras veces e-mails, cartelería, etc. Al mismo tiempo surgió un proyecto paralelo a Z: S, cartelería digital. Y aprendí a diseñar para pantallas. Pero mi tarea de diseñar repetitivamente me cansó, y así fue como a fines de 2016 renuncié y conseguí trabajo en LR / G (eran dos empresas en una). Poco me duró dicho trabajo porque decidí irme de viaje: un mes y medio vagando sola por Europa. Lo mejor que pude hacer en mi vida. Cuando volví de viaje me llamaron de mi antiguo trabajo: S. Y como no tenía un peso, decidí que podía soportar un par de meses trabajar allí.

Próximamente voy a cumplir un año de trabajo en S. Y si me preguntan por qué voy a renunciar nuevamente tengo una lista interminable, dentro de la cual el dinero (el poco dinero que pagan) es uno de los últimos motivos.

Ahora yo me pregunto... ¿la figura del JEFE no es la del ejemplo a seguir? ¿No se supone que el jefe tiene que poner los puntos sobre la i? ¿Y ponerse los pantalones cuando hace falta? En estas oficinas eso no pasa. Nadie se hace cargo, todos se lavan las manos. Con esto, mi nivel de estrés está al rojo vivo. Me contrataron para generar contenidos para los distintos clientes que compren el servicio de cartelería digital. Hoy en día, además de eso, mis tareas son:

  • Hacer soporte técnico (a cada uno de los clientes que tengan problema).
  • Responder un celular de la empresa, ya sean llamadas o WhatsApp con todas las quejas, tipo Call Center.
  • Controlar el panel con todas las devices online / offline y solucionar las que estén offline.
  • Clonar memorias.
  • Preparar devices para los nuevos clientes.
  • Completar las planillas de Excel con los elementos que usan: cables HDMI, memorias, devices, carcazas, etc. 
  • Completar una planilla de Excel con las consultas que llegan por Instagram, Facebook, etc.
  • Obviamente responder consultas de Instagram, Facebook, y que realice posteos cuando pueda.
  • Diseñar presentaciones comerciales (unas 5 a la semana por lo menos).
  • Redactar lo que haga falta (ya sea para presentaciones, para la web oficial de S, o para lo que sea).
  • Ir a reuniones comerciales.
  • Hacer de coordinadora cuando hay algún evento, porque no hay una puta persona capaz de hacerlo.
  • Diseñar ploteos para los totems y enviarlos a la imprenta.
  • Enviar a cortar logos en acrílico.
  • Enviar a bordar indumentaria.
  • Enviar a imprimir stickers.
  • Diseñar y enviar inserts para las carpetas institucionales.
  • Hacerle diseños a la esposa de mi jefe para su marca.
  • Hacerle diseños al hermano de mi jefe para su marca.
  • Y además, estar al tanto de todos los contenidos de todas las pantallas de todos los clientes que tenemos.
Y todo eso, por $106 pesitos la hora! Vualá! Recibí un aumento del 6% en 365 días de trabajo, sólo porque me quejé que no estaban cumpliendo con el aumento de los empleados de comercio (el gremio más berreta de Córdoba). ¿Alguien que quiera contratarme? Soy un pulpo que hace absolutamente de todo. En negro. La única ventaja que tengo es que entro y me voy cuando quiero, no cumplo horarios. La suma de tareas se fue dando paulatinamente, no vi venir esta bola gigantesca. Ani es el nombre más mencionado en la oficina. Y mi jefe está pendiente de cada minuto trabajado, a ver en qué puede ahorrar más. Una rata nivel Splinter.

Pero lo peor de todo es el ambiente asqueroso que se respira. Por ejemplo, esta semana que pasó llegué con lentes nuevos a la oficina. Lentes de descanso que solo utilizo frente a la computadora. "Son para protegerle los ojos cuando le salta la leche", fue uno de los comentarios. "Los hombres tienen fantasías sexuales con las mujeres que usan lentes", comentario del jefe. Y después una sale a la calle y se pregunta por qué nos violan y nos matan. Ni siquiera en la propia oficina de trabajo hay respeto por la mujer. ¿Los hombres piensan antes de hablar? ¿No se dan cuenta del efecto negativo que tienen? En un principio me defendía y contestaba, pero ya todos los días recibir este tipo de comentarios y agresiones, cansa. Prefiero no responder y darles pie para que sigan respondiendo.

"Ah, está enojada porque está con el periodo" - claramente utilizan una palabra más fuerte. "A vos te hace falta una p*j* para calmarte". ¡No, pelotudo! Mi vida no pasa por mi periodo ni por la pija de ningún hombre, hijo de re mil puta.

La violencia laboral se ha incrementado en las oficinas en los últimos años. El 60% de dichos abusos los sufrimos las mujeres. El 81% es acoso psicológico.

Según la OAVL (Oficina de Asesoramiento sobre Violencia Laboral) violencia laboral es: “toda acción, omisión o comportamiento, destinado a provocar, directa o indirectamente, daño físico, psicológico o moral a un trabajador o trabajadora, sea como amenaza o acción consumada. La misma incluye violencia de género, acoso psicológico, moral y sexual en el trabajo, y puede provenir de niveles jerárquicos superiores, del mismo rango o inferiores”.

Como "empleada", quiero creer que lo hacen sin darse cuenta. Pero saben exactamente lo que están diciendo cuando lo dicen. Conocen el poder de las palabras, y creo que las dicen porque se piensan que no me afectan. Y algunos se preguntarán, ¿por qué dejé que llegaran hasta esto? ¿Por qué no los denuncié? Porque pensé que en algún momento iba a cesar. Y, al contrario, empeoró. Me estoy aguantando el último mes adentro de esa oficina. Y lo que puedo aconsejar es que una vez que hayan entrado a una empresa, la estudien realmente. Vean cómo trata el jefe a los demás empleados, observen como se tratan los empleados entre sí, presten atención a las miradas y a las posturas (una postura dice mucho de una persona). Traten de "sacarle la ficha" a cada uno de los que integran esa empresa antes de decidir si quieren trabajar ahí realmente. Sé que muchas veces nos quedamos en un lugar por necesidad. Porque nos hace falta la plata, porque la empresa "tiene nombre" y está buena para el CV, porque pagan bien, etc. Pero que ninguna necesidad nos lleve a soportar el maltrato. A mí me pagan mal, me tratan mal y me dan trabajos que odio. No quiero odiar mi profesión por culpa de un lugar. Prefiero fracasar en algo que AMO a tener éxito en un lugar y en algo que odio.

MobbingEl primero en hablar del término fue el doctor en Psicología Heinz Leymann, en 1990. Lo definió así: "Es la situación en la que una persona ejerce una violencia psicológica extrema, de forma sistemática y recurrente y durante un tiempo prolongado sobre otra persona o personas en el lugar de trabajo con la finalidad de destruir las redes de comunicación de la víctima o víctimas. Destruir su reputación, perturbar el ejercicio de sus labores y lograr que finalmente esa persona o personas acaben abandonando el lugar de trabajo".

La psicóloga y perito de parte Clarisa Boncini ejemplifica esta conducta: "No es lo mismo que alguien te pinche una sola vez a que lo haga muchas veces en mucho tiempo. Un pinchazo es una agresión que quizás no te deja una secuela, pero muchos pinchazos serán una agresión más aguda y seguramente te va a dejar secuelas".

Como primer paso es importante pedir ayuda. Si hubiera un departamento de Recursos Humanos, por ejemplo (cosa que no existe ni existirá en S jamás), plantear el problema allí. Si el conflicto de base no cede y empieza un proceso de hostigamiento, que se lleva a cabo a través de estas conductas mencionadas anteriormente, se debe denunciar y pedir ayuda profesional.


Libertad, ¡allá voy! :)

PD: No quieran trabajar en S jamás en la vida. Te lo muestran como un trabajo ideal, y está más desorganizado que la cara de Peppa Pig.

PD2: Busquen tener un jefe ejemplificador, que quieran imitar. O busquen no tener jefe directamente. La mayoría son personas que llegaron ahí sin hacer mucho. Un líder es alguien diferente.

lunes, 20 de marzo de 2017

#LiveFree

Necesitaba cambiar mis ansias de mundo, así que ahora escribo ACÁ
Quizás algún día consiga un sponsor para viajar y escribir. Algún día.
#LiveFree


viernes, 9 de diciembre de 2016

Me enamoré de un chongo

Este año que pasó me enamoré. Me enamoré de un chongo, sabiendo que era un chongo y nada más que eso. ¿Y qué carajo se puede decir o a quién se puede culpar cuando de entrada sabías que era una relación peligrosa? Definitivamente eso de ir, garchar y de seguir con la life como si nada pasara, no es lo mío. Hay que ser un cubito de hielo para no sentir nada, para no encariñarse, para no querer a quien tenés al frente después de haber pasado noches enteras juntos, comiendo, durmiendo, desayunando… Tiempo. Gastaste un tiempo valiosísimo en tu vida y lo usaste en esa persona, ¡un chongo! ¿Y me vas a decir que no lo querés ni un poquito? ¿Qué te importa realmente un carajo lo que pase con su vida? Si te morís por recibir un mensajito de él…

A mí me pasó, y lo reconozco ahora después de mucho tiempo. El pibe me gustaba, era un fuego, literalmente. Entraba a su depto y ya con una miradita de reojo me movía el piso en un 8.6 de la escala de Ritcher. No tenía que hacer nada, yo estaba entregada a sus besos y abrazos. ¡Ni con un novio me había pasado eso! Y lo peor de todo, es que él mismo era el que recalcaba todo el tiempo la química que había entre los dos. Yo era aire, él era fuego, imposible estar juntos en una habitación sin que nada pasara.

Y un día, como todos los hombres, me empezó a esquivar. Y una, boluda total, piensa dos cosas: la primera es que tiene otra, obvio, se encontró a otra por ahí que está más buena que yo y ya no quiere nada conmigo; y la segunda es que el pibe se está enganchando y huye. Nunca pensamos en una tercera opción, esa tercera opción del orto, que existe. La tercera opción es que se cansó de vos y listo, a otra cosa mariposa, si total éramos chongos y nada más, ¿no es así?

Y ahí va la boluda total y le escribe: (denominado “ A”, el susodicho) “A, ¿te pasó algo? Estás muy cortante últimamente”. Y ahí contesta A: “No, todo bien. Nada más me parece que nos estamos escribiendo mucho, y yo estoy con mucho trabajo y muchas cosas”. Ahí fue, la primera bomba de A. Más claro, echale agua piba. Y una, ya a esta altura pelotuda total, responde con un: “Si, es que me gusta hablar con vos… Pero bueno, tranqui, después nos hablamos”.  No, no, no, noooooo! Con dos palabras ya le estás diciendo que estás muerta con él. Te querés hacer la fría pero no te sale, no es lo tuyo. Te morís de ganas de decirle que lo querés ver, que lo extrañás… Extrañar a alguien es cosa seria.

Poco a poco, la relación se va distorsionando y quebrando. Él cada vez pone más distancia, y vos, en tu afán de no querer perderlo, le proponés una juntada para charlar y aclarar las cosas. Si él acepta, en esa juntada van a decir poco y nada. Y vos, no le vas a declarar el “te quiero” que tenés guardado, porque no, no da. Y si no acepta juntarse, porque el “nos juntemos a hablar” es como un repelente para la mayoría de los hombres, te vas a quedar con una sarta de palabras en la garganta que vas a terminar descargando en algún momento que estés ebria a través de un audio de WhatsApp. Y ahí la dignidad se te termina de ir al pasto.

Sí, yo me enamoré este año de un chongo. Me encantaba, realmente me encantaba. Me imaginaba con él viajando por el mundo, de mochilas en algún paraje olvidado de la tierra. Me imaginaba cocinándole alguna noche especial. Me imaginaba con él un día lluvioso en la cama, haciendo fiaca. Llegué a quererlo de tal manera que cualquier cosa pequeña que a él le hiciera bien, yo sonreía, me ponía feliz. Amaba su sonrisa, me encantaba verlo reír y bailar. Será que querer lo mejor para la persona que tenés al lado no es suficiente. Será que la química no lo es todo. Conocer cada rinconcito del cuerpo no alcanza. Y cada vez entiendo menos a la gente, cada vez entiendo menos este tema de las relaciones. Yo le tenía miedo al amor, tenía miedo de volver a confiar en alguien, y sin embargo ahora, después de un mes de que todo haya terminado, me sigo sintiendo fuerte.

Con A aprendí que no está bueno tener chongos del momento, porque tarde o temprano uno termina queriendo. A, era un fuego, me tiraba buenas vibras en cada encuentro. Me hacía sentir súper sexy y capaz de hacer todo lo que quiera en mi vida. Él me tenía fe, quizás por eso fue que me enamoré. Había encontrado a alguien que me veía tal cual soy, auténtica, y si bien nunca me lo dijo, sé que me quería por eso. Aprendí a amar lo bueno y lo malo de una persona que llegó a mi vida de la nada. Quería tanto su buena energía como sus demonios. No me importaban estos últimos, no eran un obstáculo para mí.

Lo quería y lo quiero, por cómo me hacía sentir, por su forma de ver la vida… Lo quería por su espíritu de fuego. Y yo, aire, lo encendía más hasta hacerlo arder. Juntos nos potenciábamos, pero como todo fuego, en algún momento se apaga. Ahora quedan cenizas, ¿tendré que barrerlas?

martes, 11 de octubre de 2016

El síndrome de querer irse a la mierda

No sé ni qué estoy haciendo acá, me quiero ir! Me quiero ir a la mierda, comprar un boleto de avión al infinito y más allá y no volver por muchos meses. Necesito escapar. Hace meses siento la irremediable fuerza de escapar de esta ciudad, del trabajo que tengo, de mi casa, de la rutina. Me aterra esa última palabra... esto en lo que se convirtió mi vida es una pesadilla.

Pero no, no puedo irme. Me tengo que recibir, tengo que terminar italiano, tengo que ahorrar, tengo que, tengo que, tengo que. Y a medida que va pasando el tiempo me siento más limitada en las opciones para mi futuro. Me da miedo pasarme los próximos 5 o 6 años encerrada entre cuatro paredes de oficina desperdiciando mi juventud, mi libertad y mi energía. El día que me vaya de mi trabajo me imagino a algo así como el video de Avicii, "I Could be the one", en el que la mina agarra y manda a todos a la mierda y escapa. Bueno, salvo por el final del video, yo quiero hacer lo mismo. 

Llegué a un momento en el que todo me aburre, necesito un poco de emoción y aventura. Calculo que a casi todos en algún momento de su vida les pasa esto, ¿o no? La inquietud de querer romper con el molde, salirse un poco de la zona de confort y hacer cosas nuevas, cosas que nos generen adrenalina, alegría. Recuperar esa energía de cuando eramos chiquitos, de que no había nada por lo cual preocuparse. Ahora de adultos nos vemos inmersos en un caos, un mundo que nos lleva por delante si no nos movemos a su ritmo, un mundo en el que si no hacés las cosas como te dicen, te quedás, te estancás. Vivimos a mil, sin prestar atención a pequeños detalles, sin tomar un respiro para pensar cómo nos sentimos, qué quiero para mi vida, ¿realmente amo lo que estoy haciendo? Es como si la sociedad nos preparara para vivir acelerados, para que esta vida sea sólo un suspiro. Y sí, la vida es corta, pero, ¿es así como quiero vivirla? Tenemos el poder de decidir en nuestras manos. 

¿Cansado de ese puto trabajo que te exprime día a día? Analizá los pro y los contra, buscá otro laburo para no quedarte en la nada y renunciá! No desperdicies tu tiempo en una oficina, un local, una camioneta, que no aportan en nada. Buscá un laburo en el que puedas ser tu propio jefe con tus propios tiempos, y sino un laburo en el que tengas un jefe que te inspire, que te motive, que te haga querer ser mejor día a día.

¿Querés empezar el cursito de pintura sobre tela o de corte y confección pero decís que "no tenés tiempo"? Hacelo, ahora! Revisá tus horarios, recortá horas de trabajo si hace falta, ahorrá un par de meses si no tenés plata (dale, no compres esa remerita, no te hace tanta falta, guardá la plata para otra cosa). Hay ciertas cosas que hay que hacerlas ahora en este momento para poder disfrutarlas como corresponde. Y quién sabe si en ese nuevo hobby no terminamos encontrando la pasión que nos va a guiar de por vida.

Todos nos queremos ir a la mierda alguna vez. Armar un bolso y escapar, viajar, dedicarnos a procrastinar un par de días, escribir de vez en cuando, pintar, terminar de armar el auto, aprender ese nuevo oficio que nos llena de curiosidad... Desaparecer de la sociedad. Pero querer irse a la mierda no siempre es sinónimo de viajar. A veces nos basta con sólo dar la vuelta a la esquina y empezar a hacer esas cosas que tenemos pendientes, o retomar viejas amistades, o nuestro hobby de toda la vida. 

No huyamos, enfrentemos los problemas.
Pero para recuperar energías, sí, nos vayamos a la mierda todos.

domingo, 3 de agosto de 2014

El enamorado y el olvido

El enamorado no desea el olvido, lo que quiere es que el objeto de su amor modifique su preferencia pero no el olvido. El enamorado quiere perseverar en su amor. El que está enamorado de veras con esa espantosa pertinacia que bloquea la mente y el alma, con esa cerrazón ciega del enamorado contrariado, no quiere olvidar, se quiere acordarY si alguien le trae en una mano el olvido y en la otra el sufrimiento, el tipo elije el sufrimiento, porque le parece que ahí se esta retemplando, y le parece (y le parece mal) que el objeto de su amor, que la persona amada va a registrar ese acto de nobleza, va a registrar que el eligió no olvidarla y eligió sufrir; lo va a registrar en esta o en otra vida, o que algunas entidades divinas van a registrar ese acto de nobleza y lo van a recompensar. Alguien va a venir, un ángel pongamos por caso y le va a decir “has sido noble, has elegido el sufrimiento en vez del olvido, entonces te daré el siguiente don: la persona que tu amas te amara”. Bueno todo eso cree erróneamente el enamorado, porque no sucederá eso. Ese gesto de nobleza, de supuesta nobleza de elegir el sufrimiento y no el olvido, nadie lo va a registrar como positivo, nadie. Menos que nadie la persona que el ama, que registrará eso como un gesto de locura. “¿Que hace una persona decente cuando uno no la quiere? Te olvida. Y este no, en vez de olvidarme, cosa que me permitiría librarme de su presencia molesta en todas partes, no, elige sufrir ¿y que me produce a mí que soy el objeto de su amor? Culpa. Yo quisiera que el no sufriera pero no porque me importe él, sino porque no quiero que me moleste.” 

Es decir, de esa manera tan mezquina se produce la cosa, así que nadie va a tirarse de una roca, y si se tira va a hacerlo quizás mas para matarse que para olvidar, pero ni tampoco porque le interese poner fin a su vida, no, le interesa mas hacer algún efecto en la persona que él ama, como un último intento, un último intento de seducción, la muerte. El joven Werther, se mata. A ver, atajate esta, ¿así que no te gusta el saco que me he comprado para seducirte? Fenómeno, ¿así que no te gustan los versos que te he recitado? Fenómeno, ¿así que no te gustan los músculos que me han salido de tanto ir al gimnasio? Fenómeno, a ver si te gusta esto. Y se tira del risco de Leucade, ¿para que? Para matarse! Piensa ‘ahora va decir’ “oh, este se ha matado por mi: ¡como lo amo!”.

Tampoco va a suceder eso porque el enamorado rechazado no tiene salvación en ninguna vida, es el peor de los castigados posible de la historia y de la economía humana. El asesino arrepentido tiene un perdón y tiene un lugar entre los justos si se arrepiente a tiempo, el que fue pobre también, el que fue víctima de injusticias también, quizá hasta en esta misma vida la injusticia pueda reparase; pero el que no fue querido, el que no fue amado por alguien, ese no tiene salvación, ese es el único condenado cierto de cualquier régimen punitorio de cielos y el infierno. Porque cuando se vaya al cielo (si se va) y yo calculo que un enamorado rechazado no va al cielo nunca... si se va al cielo con la esperanza de que allí va a ser recompensado por aquellos gestos que tuvo, que al el le parecen fantásticos, lo que va a encontrar en el cielo es a la mina que al el le gustaba con otro tipo, el mismo con el cual la vio una tarde en la vereda de su casa, el mismo tipo. Este hombre llega al cielo “y ahora por fin, ahora que me he muerto, etc”. Espera que se muera la mina y dice, ‘bueno ahora ya esta, a ver que pasa: la mina del bracete otra vez con el mismo tipo. En el infierno ni que hablar…

Así que yo lamento tener que decir esto, pero es completamente ineficaz, el que se enamora y no lo quieren tiene una sola salida, una sola, que es el camino que conduce a otra persona, esa es la única salida, hay que huir, en dirección a otra persona, cuando uno tiene la desgracia de enamorarse de alguien que no lo quiere, corra, corra! Corra pero muy ligero hacia otra mujer, hacia otro hombre, y arrójese en sus brazos. Busque a la que perdió allí, no busque nunca abrazos que no lo quieran, nunca, no lo haga.


Alejandro Dolina


jueves, 27 de junio de 2013

Ser y estar

Nunca entendí a los yanquis. Para ellos, ser y estar se dice igual: to be.
¿Pero es lo mismo ser que estar? ¿Estar comprometido es lo mismo que ser comprometido? ¿Estar consciente es lo mismo que ser consciente? ¿Ser maldito es lo mismo que estar maldito? ¿Es lo mismo ser engañado que, que estar engañado? ¿Es lo mismo ser que estar? ¿Estar loco es lo mismo que ser loco? ¿Estar despierto es lo mismo que ser despierto? ¿Estar aburrido es lo mismo que ser aburrido? 


Ser o no ser, esa es la cuestión. Pero no, esa no es la cuestión, porque ser y estar no puede ser lo mismo. Sí, claro se dice igual. Pero depende el contexto cómo esté utilizado quiere decir una cosa o la otra. Claro el contexto, ¿no? Porque ser idiota no es lo mismo que estar idiota por alguien. Sí, uno puede estar triste, pero ser una persona triste es otra cosa, porque si vos estás triste se te va a pasar, pero si sos un pobre tipo o una pobre mina patética y triste, eso es para siempre. 

Estar seguro no es lo mismo que ser seguro, ¿no? No es lo mismo estar resentido que ser resentido. Pero si estás resentido, ¿no será porque de alguna forma lo sos? ¿Es lo mismo ser inseguro que estar inseguro? Estar inseguro es no tener certezas, pero ser inseguro es tener la certeza de que no valemos. Estar impactados no es lo mismo que ser impactados, pero a veces ¡cuánto se parecen! Estar idiota uno se lo banca, pero ser idiota, no. 

Uno quiere ser, quiere ser el amor de alguien, el sueño de alguien, uno quiere ser alguien en la vida de esa persona que ama. Ese deseo de ser nos puede confundir. No dejarnos ver que no somos, sino que estamos transitoriamente en la vida de alguien.


Leandro Calderone

miércoles, 3 de abril de 2013

Porque lo amas

Alguna vez, despiertas al amanecer sin esperanzas, sintiendo que el amor de tu vida está con la persona equivocada, pero al mismo tiempo deseando que aún así sea feliz... aunque nunca viva contigo.